martes, 3 de septiembre de 2013

Los Secretos de la Moda

Hoy vamos a destapar el gran mundo de la moda, y es que por muy bonita que sea.. haga volar la imaginación de las personas, posibilite la combinación, permita que la gente se sienta identificada con un estilo, que puedan sentirse cómodos o no al llevar algo puesto, y lo más importante de todo.. que gracias a ella no vamos por la calle desnudos.

Pero supongo que ya sabrás.. y sino.. pues te hago ser consciente de que la moda, en el fondo.. y no muy en el fondo.. es un negocio. Por algo en este sector hay mucha gente trabajando y si no existiera la moda, ni gente comprándola.. muchas personas se verían en la calle sin un duro en este mundo. Y parece contradictorio porque estando en estos tiempos tan difíciles, que hay crisis.. la gente sigue consumiendo de la moda.

Y es cierto que comprarse ropa nueva te hace ser más positivo, como que las cosas nuevas te dan un aire fresco a tu vida o un respiro, como que te centras más en eso nuevo que te compraste que en quizás todos los problemas que tengas de no poder llegar a fin de mes. Poder comprarte algo a veces te hace sentirte afortunado de que te lo puedes permitir y te hace ver.. que en realidad.. no estamos tan mal.. porque sino.. no lo compraríamos. También es verdad que si algo te gusta mucho.. pretendes a renunciar a otras cosas para poder conseguir las que tu quieres, renuncias a comprarte por un tiempo las golosinas o chocolatinas para ahorrar.. por ejemplo.. y además.. piensas que gracias a esos kilitos de menos entrarás en esos magníficos pantalones que te comprarás y a ser posible.. de una talla menos.

Y eso está bien, proponerse metas, aprender a priorizar, a saber controlarse también.. pensar que más allá de ir bien vestidos es mucho más importante alimentarse bien. Quien diría que alguien ha visto a gente ir glamourosa y luego va muerta de hambre por la vida que le dan ganas de irse comiendo los hilos finitos de la ropa.. pues nadie..

Que ese es otro tema.. que hoy en día hacen la ropa súper finita, y que se estropea con facilidad, ya que los consumidores queremos conseguir las cosas a un menor precio y las empresas pueden proporcionarlas pero tienen que reducir su coste de producción para poderlas vender a un menor precio.. pero es que hasta salen ganando.. porque tu piensa que compras algo barato pero al poco tiempo se te rompe por la mala calidad.. eso te obliga a que te tienes que comprar otro nuevo.. por lo tanto la empresa sigue ganando. Y es como un círculo vicioso en el que pensamos que compramos muy barato y al final nos sale más caro que si comprábamos algo en los tiempos de nuestros abuelos.. en los que la ropa era de mayor calidad.

También.. el abaratamiento de la moda hace que puedas tener muchos más artículos e incluso llegar a la situación de que si no te decides por qué color coger de una prenda.. acabar llevándote todas.. Y eso provoca un exceso de consumo, que luego hace que nuestros armarios estén llenos de prendas que muchas veces ni nos ponemos.

Volviendo al principio.. en el que desvelamos que la moda es un negocio.. piensa que la moda siempre "pasa de moda" porque la gente que se dedica a esto.. tiene bocas que alimentar.. es decir.. si todos tuviéramos pantalones, camisetas, faldas, vestidos.. al tenerlo todo.. no necesitaríamos comprar nada más.. ya que al tenerlo.. seria un gasto innecesario. Pero la moda se encarga de que en un periodo de tiempo vayan cambiando los estilos, los tipos de prendas.. para así ir convenciendo a la sociedad de que necesitan esa nueva prenda que lo más seguro es que no tengan en sus armarios.

Y luego resulta que esa novedad de producto ya se llevó hace muchísimos años, en la edad de nuestros padres o de nuestros abuelos.. porque todo vuelve.. ya que todo ya está inventado. Los pantalones siempre van a ser pantalones y lo único que puedes hacer diferente de un pantalón a otro es la forma, el color, el material, la textura..

Y después de un tiempo.. conseguiste comprarte eso con gran esfuerzo económico.. y resulta que ya se deja de llevar y te meten en el coco que ahora eso ya no sirve.. que es anticuado y que todo el mundo lleva las nuevas zapatillas o el nuevo bolso de marca. Y por eso la moda siempre está involucrada con nuestra vida. Porque de alguna manera.. forma parte de nuestra vida social y laboral.. la forma en como vas vestido define muchas cosas de tu personalidad, el como eres.. se puede deducir como te comportarías en un puesto de trabajo.. o simplemente te da una imagen de cara a los demás.. los empleados de un trabajo tienen que ir vestidos de una determinada manera para dar una determinada imagen de la empresa. O si tu un día vas a ver a alguien importante o a alguien que te importa.. le quieres causar una buena impresión. E ir a la moda.. quiere decir que estás al tanto de las novedades y nunca te quedas atrás.

La moda está muy bien para marcar tu icono de identidad, y está bien que nos guste comprar ropa e invertir en moda, y que queramos cambiar de estilos o cambiar de aires.. sentirnos diferentes cada vez que nos pongamos una ropa distinta, pero todo eso.. más allá de los gustos.. de que sea un hobby o un estilo de vida que nos defina.. no debería ser algo ocultamente "obligatorio".. ya que no a todo el mundo le gusta la moda y no todo el mundo tiene porqué vestir bien, ni todo el mundo debería ser influenciado por algo superior a nosotros mismos, ya sean las empresas o entre los propios ciudadanos, que si un amigo lo lleva lleguemos a pensar que quizás nosotros también debamos llevarlo.. para ser como el o para que esa persona nos acepte por ir así. Y eso hace que sea una tapadera de nuestra verdadera identidad, que no nos sintamos cómodos con eso que llevamos y que no podamos mostrar nuestro yo interior.

jueves, 22 de agosto de 2013

Películas Románticas y sus finales felices

Estamos en verano y desde hace unas semanas he estado "encerrada" en casa y me he dedicado a ver películas. Y al ver tantas películas seguidas, días y días.. he llegado a la conclusión de que muy a mi pesar, todas las películas son un engaño. Y digo muy a mi pesar, porque precisamente eso es lo que estoy estudiando en la universidad, nada más y nada menos que Comunicación Audiovisual.

Pero es que todas las comedias románticas crean falsas expectativas a jóvenes que como yo, somos inocentes de la vida, y ver películas de amores imposibles que acaban en un final feliz, o que el típico friqui de turno consigue a la chica espectacular del instituto o a la chica que está cañón al final de la película. 

Seamos sinceros, no todos somos friquis, ni todas somos chicas cañón. Entiendo que se traten de dos protagonistas y que se trata de la historia de amor de esas dos personas, Pero.. ¿No cansa ya que siempre las comedias románticas sean eso? ¿Un final feliz? Ya sé que se llaman "Comedias" pero es que esos finales son tan esperados que acaban aburriendo. Porque realmente todos sabemos que pasará al final. El chico y la chica solucionarán sus problemas y nos regalarán un maravilloso beso final. Y aún así.. sabiendo el final.. seguimos viendo estas películas.

¿Por qué será? Porque quizás nunca tendremos una historia así, demasiado bonita para ser real, y nos gusta sumergirnos en un sueño en que todo es perfecto, un paraíso y estamos con una persona que es perfecta y bla bla bla... 

Dos cosas: ni somos protagonistas de una película, ni sabemos que pasa después de ese fantástico beso, acaso.. ¿Nos enseñan que no todo es un camino de rosas? ¿Que la propia vida, la vida real está llena de problemas, y de cosas que solucionar? No. La vida no termina cuando dices el "Sí quiero" en una boda, o cuando después de un malentendido se soluciona el problema y se acabó todo, la vida real va más allá.

Vivimos en una sociedad engañada, en la que cree y espera ansiosamente un final feliz, una persona perfecta, una persona que aparece por arte de magia un día y que todo será como caminar sobre la seda. No nos engañemos, nada de eso pasa, puede que encuentres a alguien y creas que es todo genial y maravilloso, pero hay un límite, eso es sólo al principio, luego vienen las realidades, y nos damos una ostia contra el suelo cuando caemos de nuestro cielo, de nuestro paraíso que ha sido elaborado por telenovelas y películas de fantasías.

No digo que no exista ese amor verdadero del que todo el mundo habla y muy pocos tienen, sino que si vas a hablar de algo, pon las cartas sobre la mesa, porque hay gente inocente que no ve las cosas que hay detrás de un simple beso, hay mucho más y son cosas que no quedan reflejadas. No podemos pretender tener una vida amorosa como la de un protagonista de una película, porque eso son.. actores contratados para hacer un papel, y que les pagan para decir cuanto aman a otro que también es actor y cae en ese juego, desempeñando un papel de teatro.

Puedes ver esas películas, no digo que no, es más.. yo las seguiré viendo porque me encantan y son mis favoritas.. pero.. piensa un momento con la mente en frío, no te dejes engañar, porque todo, o prácticamente todo es mentira, y despierta de ese sueño si pensabas que ibas a ser protagonista de una película. Eres protagonista, sí.. pero de tu vida. 

martes, 13 de agosto de 2013

El tiempo corre, erramos y no podemos volver atrás

Muchas veces nos planteamos propósitos que al cabo de un tiempo dejamos de perseguirlos, o simplemente en nuestra vida aparecen piedras que nos desvían y nos impiden continuar.

El día a día, el trabajo, los estudios, las preocupaciones.. todas esas cosas a las que les damos quizás demasiada importancia. Pero lo cierto, es que se llega a un momento en que todo te da igual, cuando todo llega a un límite, pueden ser por dos motivos: porque todo te sale mal y te rindes porque ya no sabes que hacer; o porque todo ha salido bien y ya te aburres porque todo ya está hecho y es como en el otro caso: no sabes que hacer.

El caso es que siempre en nuestras vidas.. pasamos épocas en las que tenemos una vida ajetreada y otras épocas que se supone que son de relax.. pero que nos hemos acostumbrado de tal forma a la rutina, que no somos capaces de disfrutar de esa paz, esa tranquilidad de no tener que hacer nada.

Siempre necesitamos tener la mente ocupada en algo y tenerla en blanco nos hace sentir culpables de que puede que quizás estemos perdiendo el tiempo, que quizás deberíamos estar haciendo algo de provecho y que no nos podemos quedar de brazos cruzados a pesar de que hayamos estado haciendo un sobreesfuerzo este año, ya sea con los estudios o en el trabajo.

No podemos estar tranquilos, ni callados, porque hay tanto que hacer.. todo lo que nos gustaría cambiar, tanto de nuestras vidas como en el propio mundo, quizás no nos arrepintamos de cosas que hemos hecho, porque en ese momento lo hicimos porque era lo que en esa situación queríamos hacer. Pero también puede ser, que si tuviéramos que volver a vivir esa situación, no la repetiríamos.

Y es que aprendemos de la experiencia, de los errores, porque no hemos nacido con un manual de instrucciones de como debería ser la vida perfecta. Porque ni somos perfectos, ni la vida es perfecta, porque sino.. no estaríamos aquí, en la tierra.

Quizás es que al tener un propósito en la tierra, antes de marchar, necesitamos dejar el trabajo hecho, y no podemos marchar, sin haber dejado tu huella, tu firma, igual que la dejas en un papel oficial; pero quizás esa misión.. no consiste en nada material, sino que hay que hacer algo, pero que no se mide con nada, no se compara con nada, sino que es una meta especial, única, algo que solo nosotros podemos hacer, y que por eso vivimos lo que vivimos, las experiencias que conseguimos, porque son necesarias para poder llegar al final del camino, porque todo eso.. forma parte del recorrido.

No podemos culpar a nada ni a nadie de nuestros errores, porque somos nosotros quienes decidimos si cometerlos o no, y a veces hasta nos gusta errar, y luego nos quejamos de nuestro fracaso. Somos libres de decidir, así nos crearon y nos hicieron, y siempre intentamos culpar a los demás de todas las desgracias que nos pasan. Pero da la casualidad, de que cuando estamos felices, o todo nos va bien, es cuando nos olvidamos de las preocupaciones, seguimos viviendo la vida, y ni si quiera somos agradecidos por esa situación o momento, no pensamos que podríamos estar peor, y que muchos desearían estar en nuestra situación.

Solamente sabemos quejarnos cuando lo estamos pasando mal, somos egoístas por querer algo material cuando mucha gente no tiene ni con qué sostenerse, ni tiene motivos para seguir adelante, o para levantarse cada mañana. Y nosotros tenemos hambre de vicio, lo tenemos todo y no lo valoramos, solo hasta que lo perdemos. Y cuando nos vemos solos, vemos que las cosas han cambiado, que ya nada es lo mismo, que metimos la pata hasta el fondo.. es ahí cuando nos damos cuenta.. pero ya es demasiado tarde. Todo sigue adelante y ya no hay vuelta atrás.


domingo, 17 de marzo de 2013

"Ser sorda ha hecho de mi una persona más fuerte"


Audismo es un nuevo término que aparece en nuestro vocabulario, que consiste en la discriminación a las personas sordas. Y los audistas son aquellos que creen que una persona sorda es inferior a una oyente. Pero están muy equivocadas, porque la sordera no es ningún impedimento para poder hacer lo que estas personas realmente desean. Y si no… miradme a mí, escribiendo en una crónica de un periódico digital.
¡Quién diría que, gracias a todos los que entonces se metían conmigo en el instituto por el simple hecho de ser sorda, me he hecho más fuerte! Y, aunque cuento con el privilegio de que tengo hipoacusia, -Por el oído izquierdo no oigo nada y para el oído derecho uso un audífono-, la sociedad no está siendo preparada para relacionarse con los sordos y estos son considerados casi como extraterrestres. Cuando, en realidad, se trata de personas normales que tienen sentimientos, igual que tú. La humanidad no sabe lo que son los valores del respeto, la justicia y la solidaridad; desgraciadamente, parece que solo se acuerdan en Navidad.
Ser sorda y vivir todo lo que me ha tocado vivir, ha servido para darme cuenta de muchas cosas y para ser la persona que soy ahora mismo. Si no hubiera vivido lo que he vivido, no sería la misma, y no estaría aquí, escuchando las teclas del ordenador al escribir esta crónica. Y, aunque no ha sido fácil, me siento orgullosa, porque a pesar de todo, he luchado por mis sueños y he querido defender con audífonos y orejas a este colectivo que siempre ha sido rechazado. Siempre he querido servir de canal a este grupo que tiene dificultades para comunicarse con la sociedad, por su condición biológica, pero también, por las barreras que se encuentran en la vida diaria, en las calles de nuestro país.
No es justo que los sordos no puedan enterarse de nada al ver, por ejemplo, la televisión. Te propongo algo: la próxima vez que vayas a encender esa caja brillante, no pongas el audio, o coge unos tapones y métetelos en los oídos. Así te pondrás en las orejas de esa persona y sentirás la impotencia de no poder hacer nada por oír esa noticia o película tan interesante. Es la impotencia que yo siento cuando un programa de televisión no dispone de subtítulos; cuando en una estación de bus o de tren no hay una pantalla que ponga los avisos de retraso o anulación de un viaje, tal y como se hace por megafonía; cuando no puedes entender las explicaciones de un profesor por no oírle o te pierdes las bromas que hacen tus compañeros de clase. Estos son solo algunos ejemplos de las situaciones que vivimos las personas con deficiencia auditiva.
La sociedad no es consciente de estas dificultades. No pretendo con estas líneas dar lástima o lamentarme de que los sordos no puedan oír, sino derribar las barreras que les impiden integrarse en la sociedad. Solo así, podrán sentirse parte de ella.
Yo, que lo vivo en primera persona, no me puedo quedar de brazos cruzados. No podemos seguir permitiendo que este grupo de personas siga en desventaja con respecto al resto, porque un oído no impide que nuestra mente, piernas o manos puedan hacer grandes cosas.
Raquel Suárez Lobato
Publicado en el Diario digital de León, 16 marzo 2013
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ANEXO

Mi madre me puso en contacto con una chica que trabajaba en un periódico digital, que la había conocido en su trabajo. Y hablando con ella, perseguí uno de mis sueños.

En el mismo momento en que me propusieron colaborar en un periódico digital, en esa misma tarde, me puse manos a la obra. Y es que fue un momento de máxima concentración, en el que venía la inspiración por si sola, organizando mis ideas en la mente y guiando las manos al teclear el artículo.

Había tantas cosas que quería plasmar, tantas cosas que contar, que tengo la esperanza de poder tener más oportunidades, para poder transmitir todo este interior que necesita salir. Aún así, me quería esforzar, porque iba a ser mi primer artículo publicado en un periódico digital, y quería entrar, pero entrar con buen pie.

Quería darle un aire fresco, nuevo, diferente, original.. por eso, llené el artículo de metáforas, y la estructura del artículo la había adquirido con naturalidad de tanto hacer comentarios de texto en el instituto y la universidad, sin darme cuenta veía una elipsis por ahí, una anáfora por allá, una metáfora por allí.. de manera inconsciente. Me sentía toda una periodista.

Ese día me fui a dormir emocionada, impaciente por cumplir uno de mis sueños, asique, sin perder más tiempo... al día siguiente comencé a enviar el artículo a los más cercanos, amigos, familiares.. para que me diesen su opinión, también quería saber si ellos captaban las metáforas que empleaba desde una perspectiva diferente a la mia, y cualquier observación me serviría de ayuda para mejorar el artículo, e incluso pedí ayuda a una experta en la materia (Logopedia), a una exprofesora de lengua.. a un montón de gente a la cual confiaba plenamente.

Recibí buenos comentarios, también observaciones, posibles mejoras, quizás algún comentario negativo, había de todo. Hice pequeñas modificaciones, pero la esencia del texto era la misma, y estaba orgullosa de lo que había escrito, porque quería reivindicar lo que yo sentía, y quería hacerlo de manera moderada, sin que la gente que lea el artículo se pueda sentir ofendida. 

Mi intención es dar a conocer la situación que yo vivo, y la de mi colectivo: los sordos. Y no es cuestión de dar lástima, sino de romper las barreras de la incomunicación entre los sordos y la sociedad. Y para conseguirlo, desde luego, es necesario un cambio de mentalidad.

Se publicó el artículo en el periódico digital, pero he querido dejarlo aquí en mi blog, ya que es un artículo personal e importante en mi vida. ¡Disfrútalo!



ACTUALIZACIÓN: (30 de Mayo de 2016)
El artículo se ha vuelto a publicar en el Diario Digital de León tras la renovación de su página web, ¡Aquí está!

http://diariodigitaldeleon.com/sociedad-leon/nospreocupa-noticias-leon/ser-sorda-ha-hecho-de-mi-una-persona-mas-fuerte-19757



domingo, 10 de marzo de 2013

Reflexiones de domingo en un autobús

Esta mañana, un domingo 10 de marzo; me levanté y me preparé para marchar. Cuando me subí al autobús urbano, me senté al lado de la ventana; me encanta hacerlo, porque me incita a reflexionar, a pensar, es un momento, el cual dispongo para darme tiempo a mi misma, a reorganizar mis ideas, mis pensamientos.

Ver a la gente pasar, los coches circular.. toda la ciudad en movimiento, sin que sepan que hay una persona que les está viendo.

Me paré a pensar que, en el mismo autobús, podría haber gente de todo tipo, puede haber un abogado, un médico, una profesora, gente sin estudios, niños, peluqueros o barrenderos, pero que con la ropa que llevan, no se puede saber realmente a que se dedican, y es que.. sin darnos cuenta, estamos rodeados de muchísima gente, que esconde cosas, datos, informaciones, y que si supiéramos absolutamente todo lo que hacen, a que se dedican, en que piensan.. nos volveríamos locos, no podríamos estar tranquilos, tendríamos miedo.. ¿no lo has pensado? a veces la ausencia de conocimiento hace que nos refugiemos en que como no conocemos, no podemos hacer nada. Ya que si supiéramos todo, veríamos a las personas de manera distinta, con prejuicios, en función de su historia, de su pasado, de su trabajo, de todo. y sería una auténtica tortura.

Por lo tanto, el que no podamos leer la mente de las personas como los vampiros de "Crepúsculo", en el fondo me alivia, porque puedo vivir tranquila, viviendo en el desconocimiento. Sin pensar en que esa persona que me está mirando, se dedica a "x" y es un delincuente, por poner un ejemplo. O cuando alguien tiene una enfermedad, y la desconoce, no lo sabe, y vive la vida sin saber de dicha enfermedad, por lo tanto no se preocupa de ella, ya que no sabe que la padece. En muchas ocasiones, la falta de conocimiento nos evita sufrimientos.

Esto no quiere decir que no debamos conocer, estudiar, aprender, sino todo lo contrario. Lo dice una universitaria, y soy consciente de que hoy en día tenemos que labrarnos un futuro y dejar de ser ignorantes, aprender a marcar nuestro propio camino. Hay que estudiar, por supuesto. Sólo que en ocasiones, no saber nada de algo, es lo mejor; por nuestra propia tranquilidad.

Pensando en que no se puede leer la mente de las personas que pasan a nuestro alrededor, ni las que están en el mismo autobús, me vino un pensamiento a mi mente, algo que me marcó:

En una de sus múltiples paradas que realiza el bus, subió un abuelo con una chica ayudándole y guiándole hasta su asiento. Me dí cuenta, de que a ese señor, le había visto muchas más veces subir a ese bus, pero agarrado de su mujer, una anciana que se la veía delicada de salud, que a su vez, era guiada por un hombre joven, podría ser su hijo, posiblemente. Y en ese momento.. me pregunté donde estaría esa ancianita, y caí en la cuenta de la fugacidad de la vida. En unos meses, dejé de ver a esa anciana nunca más en ese autobús.
La joven que acompañaba a este abuelo, tenía toda la pinta de ser una cuidadora y veía como ella, le ayudaba, le escuchaba, le daba conversación, le daba un pañuelo para sonarse los mocos, o le decía que mañana se tenía que cambiar de camisa, que la tenía sucia y le decía que se tenía que quitar la camisa a la hora de la comida, para que no se ensuciase. Todo lo que esta mujer hacía, además de ayudarle por su vejez, intentaba que no percibiera la pérdida de su mujer, y viera, que se podía seguir adelante.

Seguir adelante.. me dí cuenta de que el tiempo pasa muy deprisa, en todos los aspectos, que hace nada tenía 15 años, y han pasado 3 años, y me dio miedo, sé que no me puedo comparar con esos ancianos, pero el tiempo no se puede parar, y cuando pase el tiempo, sería una anciana con arrugas y me gustaría, que para ese momento, me pueda sentir orgullosa de mi misma, de que he hecho lo que quería hacer, que aproveché al máximo el tiempo, y que mi vida ha merecido la pena. Porque aunque tu vida termine, la ajetreada ciudad sigue su transcurso. El autobús sigue su itinerario, el de cada domingo.